Municipios con vocación agrícola
- @MarioQuetzal8
- 6 ene 2017
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Vinculación de productores con empresarios, clave para un desarrollo sostenido de largo plazo.
Mauricio Mora Pérez es productor de calabaza en el municipio de Puebla y aunque él ya tiene un ingreso firme gracias a las ventas que le hace a empresas como Walmart, enfrenta el mismo problema que millones de campesinos: las grandes cadenas comerciales sólo le compran el producto conocido como “primeras”, es decir, alrededor del 40 por ciento de su producción, ya que el resto no se ajusta a las características que exigen las trasnacionales.
A decir del campesino mexicano, una alternativa que podría ayudarles a vender el 60 por ciento restante de su producción en el mercado municipal, sería a través de un Centro de Transformación Industrial. “Nos beneficiaría mucho que las autoridades municipales tuvieran un acuerdo de cabildo para establecer una reserva alimentaria que potencializara los recursos agropecuarios: agua, suelo, clima y los cultivos distintivos del ayuntamiento”, añade.
El también director de la Fundación Produce Puebla, señala que también podría establecerse un convenio entre los ayuntamientos y los empresarios que utilizan y contaminan el suelo agrícola para crear un fondo alimentario municipal, el cual, sostiene: “le daría seguridad al mercado local”.
Frente a esta situación por la que atraviesan los productores agrícolas, hoy los ayuntamientos con vocación agropecuaria tienen la posibilidad de encauzar el progreso de su población si se enfocan en acercar a los campesinos con comercializadoras y cadenas comerciales, a fin de tener un desarrollo sostenido.
En ello coinciden empresarios y capacitadores de productores, quienes explican que los municipios con vocación agropecuaria que viven al día porque los recursos gubernamentales que reciben prácticamente apenas les alcanzan para cumplir con sus obligaciones de gasto operativo, hoy tienen la posibilidad de encauzar el progreso de su población sin que ello implique un descalabro en su partida federal.
Para la ONG Proyecto de Technoserve, las autoridades municipales “sólo tienen que esforzarse por tener un catastro ordenado para acercar a productores de bienes primarios a grandes cadenas comerciales o comercializadoras serias que operan en México”.
“Los alcaldes deberían buscar alianzas con firmas como Walmart, Soriana, Chedraui, Comercial Mexicana u otras para que los productores agropecuarios de su ayuntamiento produzcan con base en las especificaciones que éstas requieren y, al mismo tiempo, tendrían que saber con precisión qué se produce mejor en su entidad y ligar municipio-productores-cadenas comerciales”, recomienda Gilberto Rojas, gerente de dicha organización.
Explica que hay alcaldías que invierten parte de su presupuesto en ayudar a productores de su demarcación, pero éstas sólo lo hacen parcialmente, lo que conlleva un desperdicio… “hay quien gasta en invernaderos, pero como no existe un proceso de almacenamiento o distribución adecuados, no amplió su mercado, la sobreoferta tira el precio y se trunca el impacto esperado”.
En ese sentido, organizaciones como Technoserve y otras de su tipo asesoran y capacitan a pequeños productores para que sus mercancías satisfagan los requerimientos de quienes mejor les paguen por periodos prolongados y no sólo en su primera entrega.
Para Gilberto Rojas, “los ayuntamientos con vocación agrícola podrían tener un desarrollo sostenido de largo plazo y dar lugar a más y mejores fuentes de empleo en beneficio de la gente del municipio”, con lo cual, afirma “se daría un círculo virtuoso en el que todos ganarían”.
Asimismo, recomienda a los municipios aprovechar su poder de convocatoria para concretar alianzas con industriales y firmas comerciales, para facilitar los insumos a los campesinos y con ello parte de su presupuesto lo inviertan (en la medida de lo posible) en invernaderos, naves industriales y centros de acopio de productos para su posterior distribución. “Quizá, para arrancar, podrían aprovechar parte de los recursos en su ‘Caja Chica’ para prestar desde $500 y hasta $50,000 a sus productores en plazos a uno o dos meses”.
Ajustarse a las especificaciones que exigen las grandes firmas comerciales, la mayoría de las veces resulta complicado para el pequeño productor y las comercializadoras agropecuarias encuentran su lugar en este espacio, pero las hay serias y también las que sólo buscan su provecho a costa del campesino y es aquí donde el rol que pueden jugar las alcaldías cobra relevancia, porque pueden tener el día a día de ambos y ponderar la alianza de sus productores con los profesionales de la comercialización.
Carlos Azcuaga, director general de Maxiterra, refiere que “el principal problema de firmas como la nuestra es saber dónde y cuánto producen los campesinos pequeños y es aquí donde la información de las administraciones municipales pueden jugar un papel protagónico, pues ellas los pueden tener perfectamente identificados y vincularlos con nosotros u otras comercializadoras serias o directamente con cadenas comerciales o empresas”.
Pese a ello, comparte que el modelo de servicio de su comercializadora se ajusta a lo que piden a sus proveedores del campo cadenas como Walmart o empresas como Nestlé o Bimbo, pues “la seriedad con que operamos y los precios justo que logramos para el productor nos dan un prestigio cada día más sólido”.
“Nuestra asistencia técnica y capacitación para que el campesino por pequeño que sea y por lejos que esté su municipio pueda acercarse a las financieras no gubernamentales del sector les permite un acceso rápido al dinero que necesitan y una tasa a su alcance de pago”, agrega Azcuaga.
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